O2 sensores son obligatorios en todos los coches fabricados desde 1981. Debido a las regulaciones ODB-II que se aplican a los automóviles fabricados en 1996 y después, muchos coches más nuevos tienen múltiples sensores O2.
El sensor de oxígeno es la configuración estándar del automóvil. Utiliza un elemento sensible a la cerámica para medir el potencial de oxígeno en el tubo de escape del automóvil, y calcula la concentración de oxígeno correspondiente de acuerdo con el principio de equilibrio químico, para controlar y controlar la relación aire-combustible de combustión, a fin de garantizar la calidad del producto y las emisiones de gases de escape hasta la norma.